lunes, febrero 22, 2010

Lo siento, no soy yo

Llamarme Lucía Etxebarria ha traído más de un malentendido a mi vida, pero, hasta entonces, ninguno de alcance supraterrenal. Después de seis meses en paro, teniendo por primera vez en mi vida los cajones ordenados y ni una carta por abrir, llegó a mis manos una oferta de trabajo.

Había hecho la compra, había hecho la cama, las tostadas, el café con leche. Me senté frente a la ventana del comedor, miré el andamio que la oprime desde que empezaron las obras, y encendí el ordenador: Servijobs, usuario, contraseña; Infojobs, usuario, contraseña; trabajacasigratis.es; lacrisisenelfondoesbuena.com… Un golpe seco en el cristal interrumpió mi rutina. Levanté la vista. Recuperé el aliento. Y fui a abrir.

Llevaba un gorro peruano y una bufanda tapando casi toda su cara, pero aún así, le reconocí al instante. Lo único que explica que abriera la ventana, que ni siquiera sintiera el impulso de gritar, son los lazos que, después de todo, aún me unían a él. La familiaridad, por absurda que resultara, evitó el rechazo.

Sin mediar palabra, me acercó un papel:
“Saturno Laboral busca narrador omnisciente para formar al Comité de Estudios Homo Sapiens Sapiens de las Galaxias Unidas en la interpretación del pensamiento humano.
Perfil: escritor acomodado con experiencia en traducción mental.
Sueldo: a convenir.
Posibilidad de teletrabajo”.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué era aquello? No supe cómo reaccionar, así que le miré de nuevo a los ojos, le quité el gorro, la bufanda, le besé la mejilla como me hubiera gustado hacer hace más de 20 años, y le fui franca: “Lo siento, ET, no soy la Lucía Etxebarria que estás buscando”.


P.D.: El ejercicio consistía en escribir un texto con el siguiente conflicto (aportado por otro alumno): a ama de casa se le aparece extraterrestre. Como veis a mí no me llevó a la más alta literatura, pero me reí un rato haciéndolo, así que compañeros de "Bloggers con la inspiración expirada", aquí tenéis un punto de partida.

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